FERROCARRIL
Este desarrollo ha llevado aparejado un cambio en las exigencias a la superestructura ferroviaria, pasando de una estructura basada en el balasto y las traviesas de madera, a otra estructura en la que entran en juego las traviesas de hormigón y la vía en placa o vía sin balasto.
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La vía en placa permite conciliar factores como calidad y disponibilidad en la vía con una minimización de entre un 40 a un 60% en costes de mantenimiento, además de reducir el consumo energético.
La utilización de suelos tratados con cemento en la infraestructura ferroviaria permite utilizar materiales locales a la vez que mejora su comportamiento estructural aumentando así su sostenibilidad.
El hormigón utilizado puede capturar CO2 en las zonas periurbanas, lo que contribuye a mejorar el balance de las emisiones a lo largo de la vida útil.